SANTÍSIMA TRINIDAD TRISAGIO [1]
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R. Amén.
V. Señor ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V. ¡Dios mío, ven en mi auxilio!
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre…
R. Como era en un principio…
DECENAS
Se procede del siguiente modo: en primer lugar, dicen todos la deprecación Santo Dios (Sanctus Deus); después, como de costumbre, alternan la oración dominical el sacerdote (o el que dirige el rezo de las oraciones) y los demás; a continuación, se repiten nueve veces los versos siguientes, diciendo el sacerdote (o el que dirige el rezo de las Oraciones) A Ti la alabanza (Tibi Laus) y respondiendo todos Santo (Sanctus); al terminar se añade Gloria al Padre.
Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, ten misericordia de nosotros.
Padre nuestro...
V. A Ti la alabanza, a Ti la gloria, a Ti hemos de dar gracias por los siglos de los siglos, ¡oh Trinidad Beatísima!
R. Santo, Santo, Santo Señor Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.
V. Gloria al Padre…
R. Como era en un principio…
Las otras dos decenas se dicen del mismo modo, comenzando por las palabras Santo Dios, etc. Al terminar la última decena, todos dicen la siguiente:
A Ti Dios Padre no engendrado, a Ti Hijo unigénito, a Ti Espíritu Santo Paráclito, santa e indivisa Trinidad, con todas las fuerzas de nuestro corazón y de nuestra voz, te reconocemos, alabamos y bendecimos; gloria a Ti por los siglos de los siglos.
V. Bendigamos al Padre, y al Hijo, con el Espíritu Santo.
R. Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.
ORACIÓN FINAL
Oh Dios todopoderoso y eterno, que con la luz de la verdadera fe diste a tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de tu majestad: haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa misma fe, seamos defendidos siempre de toda adversidad. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos.
R. Amén.
Terminada la oración, todos añaden: Líbranos, sálvanos, vivifícanos, ¡oh Trinidad Beatísima!