GLORIA AL PADRE [1]
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
1. El Gloria se recitaba ya en los primeros siglos del cristianismo, acaso basado en el mandato del Cristo: "Bautizad en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Fue fórmula de profesión de fe contra las herejías de Arrio (negaba la divinidad del Hijo) y de Macedonio (negaba la divinidad del Espíritu Santo). Cf. Jesús Azcarate Fajarnés, Breve explicación de las oraciones vocales. Palabra, Madrid, 1993.