• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
Sercatolico

Sercatolico

MENUMENU
  • Actualidad
  • Devocionario
    • Sagrada Eucaristía
    • Devoción a la Santísima Trinidad
    • Devoción a Dios Padre
    • Devoción a Nuestro Señor Jesucristo
    • Devoción al Espíritu Santo
    • Devoción a la Virgen María
    • Devoción a San José
    • Devociones varias
    • Devociones para estos tiempos de tribulación
  • Nuestra Fe
    • Biblia
      • Vaticana
    • Vida de Jesús
    • Catecismo católico 1997
    • Código de derecho canónico
    • Lecturas varias
Portada » Capitulo 3

Capitulo 3

1 de febrero de 2014 by tobiaswolf

Capítulo 3

 

1 Recuerda a todos que respeten a los gobernantes y a las autoridades, que les obedezcan y estén siempre dispuestos para cualquier obra buena.

 

2 Que no injurien a nadie y sean amantes de la paz, que sean benévolos y demuestren una gran humildad con todos los hombres.

 

3 Porque también nosotros antes éramos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los malos deseos y de toda clase de concupiscencias, y vivíamos en la maldad y la envidia, siendo objeto de odio y odiándonos los unos a los otros.

 

4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres,

 

5 no por las obras de justicia que habíamos realizado, sino solamente por su misericordia, él nos salvó, haciéndonos renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo.

 

6 Y derramó abundantemente ese Espíritu sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador,

 

7 a fin de que, justificados por su gracia, seamos en esperanza herederos de la Vida eterna.

 

8 Esta es una doctrina digna de la fe, y quiero que en este punto seas categórico, para que aquellos que han puesto su fe en Dios procuren destacarse por sus buenas obras. Esto sí que es bueno y provechoso para los hombres.

 

9 Evita, en cambio, las investigaciones insensatas, las genealogías, las polémicas y las controversias sobre la Ley: todo esto es inútil y vano.

 

10 En cuanto a los que crean facciones, después de una primera y segunda advertencia, apártate de ellos:

 

11 ya sabes que son extraviados y pecadores que se condenan a sí mismos.

 

12 Cuando te mande a Artemás o a Tíquico, trata de ir a mi encuentro en Nicópolis, porque es allí donde he decidido pasar el invierno.

 

13 Toma todas las medidas necesarias para el viaje del abogado Zenas y de Apolo, a fin de que no les falte nada.

 

14 Los nuestros deben aprender a destacarse por sus buenas obras, también en lo que se refiere a las necesidades de este mundo: de esa manera, su vida no será estéril.

 

15 Recibe el saludo de todos los que están conmigo. Saluda a aquellos que nos aman en la fe. La gracia del Señor esté con todos ustedes.

Publicado en: Carta a Tito

© Copyright - Ser Catolico a - Información Legal - Política de Privacidad - Mapa Web

Usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello.Aceptar