• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
Sercatolico

Sercatolico

MENUMENU
  • Actualidad
  • Devocionario
    • Sagrada Eucaristía
    • Devoción a la Santísima Trinidad
    • Devoción a Dios Padre
    • Devoción a Nuestro Señor Jesucristo
    • Devoción al Espíritu Santo
    • Devoción a la Virgen María
    • Devoción a San José
    • Devociones varias
    • Devociones para estos tiempos de tribulación
  • Nuestra Fe
    • Biblia
      • Vaticana
    • Vida de Jesús
    • Catecismo católico 1997
    • Código de derecho canónico
    • Lecturas varias
Portada » Salmo 42

Salmo 42

29 de octubre de 2013 by tobiaswolf

SALMO 42

 

1 Del maestro de coro. Poema de los hijos de Coré.

 

2 Como la cierva sedienta

 

busca las corrientes de agua,

 

así mi alma suspira

 

por ti, mi Dios.

 

3 Mi alma tiene sed de Dios,

 

del Dios viviente:

 

¿Cuándo iré a contemplar

 

el rostro de Dios?

 

4 Las lágrimas son mi único pan

 

de día y de noche,

 

mientras me preguntan sin cesar:

 

«Dónde está tu Dios?»

 

5 Al recordar el pasado,

 

me dejo llevar por la nostalgia:

 

¡cómo iba en medio de la multitud

 

y la guiaba hacia la Casa de Dios,

 

entre cantos de alegría y alabanza,

 

en el júbilo de la fiesta!

 

6 ¿Por qué te deprimes, alma mía?

 

¿Por qué te inquietas?

 

Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias,

 

a él, que es mi salvador y mi Dios

 

7 Mi alma está deprimida:

 

por eso me acuerdo de ti,

 

desde la tierra del Jordán y el Hermón,

 

desde el monte Misar.

 

8 Un abismo llama a otro abismo,

 

con el estruendo de tus cataratas;

 

tus torrentes y tus olas

 

pasaron sobre mí.

 

9 De día, el Señor me dará su gracia;

 

y de noche, cantaré mi alabanza

 

al Dios de mi vida.

 

10 Diré a mi Dios:

 

«Mi Roca, ¿por qué me has olvidado?

 

¿Por qué tendré que estar triste,

 

oprimido por mi enemigo?».

 

11 Mis huesos se quebrantan

 

por la burla de mis adversarios;

 

mientras me preguntan sin cesar:

 

«¿Dónde está tu Dios?»

 

12 ¿Por qué te deprimes, alma mía?

 

¿Por qué te inquietas?

 

Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias,

 

a él, que es mi salvador y mi Dios.

Publicado en: Salmos

© Copyright - Ser Catolico a - Información Legal - Política de Privacidad - Mapa Web