• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
Sercatolico

Sercatolico

MENUMENU
  • Actualidad
  • Devocionario
    • Sagrada Eucaristía
    • Devoción a la Santísima Trinidad
    • Devoción a Dios Padre
    • Devoción a Nuestro Señor Jesucristo
    • Devoción al Espíritu Santo
    • Devoción a la Virgen María
    • Devoción a San José
    • Devociones varias
    • Devociones para estos tiempos de tribulación
  • Nuestra Fe
    • Biblia
      • Vaticana
    • Vida de Jesús
    • Catecismo católico 1997
    • Código de derecho canónico
    • Lecturas varias
Portada » Capitulo 19

Capitulo 19

30 de enero de 2014 by tobiaswolf

Capítulo 19

 

1 Job respondió, diciendo:

 

2 ¿Hasta cuándo me va a afligir y me van a torturar con sus palabras?

 

3 Ya es la décima vez que me ultrajan, que me maltratan desvergonzadamente.

 

4 Aunque fuera verdad que cometí un error, mi error me concierne sólo a mí.

 

5 Ustedes se envalentonan contra mí y me imputan mi ignominia:

 

6 pero sepan que es Dios el que me agravia y que él me ha envuelto en su red.

 

7 Si grito: «¡Violencia!», no tengo respuesta; si pido auxilio, no se hace justicia.

 

8 El cercó mi camino y no puedo pasar; cubrió de tinieblas mi sendero.

 

9 Me ha despojado de mi honor y quitó la corona de mi cabeza.

 

10 Me demolió por completo, y ya me voy; arrancó, como un árbol, mi esperanza.

 

11 Encendió su indignación contra mí y me trató como a su enemigo.

 

12 Sus escuadrones llegaron en tropel, se abrieron camino hasta mí y acamparon alrededor de mi carpa.

 

13 Mis hermanos se alejaron de mí y soy un extraño para mis amigos.

 

14 Desaparecieron mis allegados y familiares, me olvidaron

 

15 los huéspedes de mi casa. Mis servidoras me consideran un extraño, me he convertido en un intruso para ellas.

 

16 Llamo a mi servidor, y no responde, aunque se lo pida por favor.

 

17 Mi mujer siente asco de mi aliento, soy repugnante para los hijos de mis entrañas.

 

18 Hasta los niños pequeños me desprecian: cuando me levanto, se burlan de mí.

 

19 Mis amigos íntimos me abominan, los que yo amaba se vuelven contra mí.

 

20 Los huesos se me pegan a la piel y se me desprenden los dientes de las envías.

 

21 ¡Apiádense, apiádense de mí, amigos míos, porque me ha herido la mano de Dios!

 

22 ¿Por qué ustedes me persiguen como Dios y no terminan de saciarse con mi carne?

 

23 ¡Ah, si se escribieran mis palabras y se las grabara en el bronce;

 

24 si con un punzón de hierro y plomo fueran esculpidas en la roca para siempre!

 

25 Porque yo sé que mi Redentor vive y que él, el último, se alzará sobre el polvo

 

26 Y después que me arranquen esta piel, yo, con mi propia carne, veré a Dios.

 

27 Sí, yo mismo lo veré, lo contemplarán mis ojos, no los de un extraño. ¡Mi corazón se deshace en mi pecho!

 

28 Si ustedes dicen: «¿Cómo lo perseguiremos y qué pretexto encontraremos para procesarlo?»,

 

29 teman que la espada los hiera a ustedes mismos, porque esas son culpas dignas de la espada: y entonces sabrán que hay un juez.

Publicado en: Job

© Copyright - Ser Catolico a - Información Legal - Política de Privacidad - Mapa Web