• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal
Sercatolico

Sercatolico

MENUMENU
  • Actualidad
  • Devocionario
    • Sagrada Eucaristía
    • Devoción a la Santísima Trinidad
    • Devoción a Dios Padre
    • Devoción a Nuestro Señor Jesucristo
    • Devoción al Espíritu Santo
    • Devoción a la Virgen María
    • Devoción a San José
    • Devociones varias
    • Devociones para estos tiempos de tribulación
  • Nuestra Fe
    • Biblia
      • Vaticana
    • Vida de Jesús
    • Catecismo católico 1997
    • Código de derecho canónico
    • Lecturas varias
Portada » Capitulo 4

Capitulo 4

31 de enero de 2014 by tobiaswolf

Capítulo 4

 

1 Hijo mío, no prives al pobre de su sustento ni hagas languidecer los ojos del indigente.

 

2 No hagas sufrir al que tiene hambre ni irrites al que está en la miseria.

 

3 No exasperes más aún al que está irritado ni hagas esperar tu don al que lo necesita.

 

4 No rechaces la súplica del afligido ni apartes tu rostro del pobre.

 

5 No apartes tus ojos del indigente ni des lugar a que alguien te maldiga:

 

6 porque si te maldice con amargura en el alma, su Creador escuchará su plegaria.

 

7 Procura hacerte amar de la asamblea y ante un poderoso, inclina la cabeza.

 

8 Vuelve tu oído hacia el pobre y devuélvele el saludo con dulzura.

 

9 Arranca al oprimido de las manos del opresor y no te acobardes al hacer justicia.

 

10 Sé un padre para los huérfanos y como un marido para su madre: así serás como un hijo del Altísimo y él te amará más que tu propia madre.

 

11 La sabiduría encumbra a sus hijos y cuida de aquellos que la buscan.

 

12 El que la ama, ama la vida, y los que la buscan ardientemente serán colmados de gozo.

 

13 El que la posee heredará la gloria, y dondequiera que vaya, el Señor lo bendecirá.

 

14 Los que la sirven rinden culto al Santo y los que la aman son amados por el Señor.

 

15 El que la escucha juzgará a las naciones y el que le presta atención habitará seguro.

 

16 El que confía en ella la recibirá en herencia y sus descendientes también la poseerán.

 

17 Al comienzo, ella lo conducirá por un camino sinuoso, le infundirá temor y estremecimiento y lo hará sufrir con su disciplina, hasta que tenga confianza en él y lo haya probado con sus exigencias.

 

18 Después, volverá a él por el camino recto, lo alegrará y le revelará sus secretos.

 

19 Si él se desvía, ella lo abandonará y lo dejará librado a su propia caída.

 

20 Ten en cuenta el momento y cuídate del mal, y no te avergüences de ti mismo.

 

21 Porque hay una vergüenza que lleva al pecado, y hay otra vergüenza que es gloria y gracia.

 

22 No te perjudiques por tener en cuenta a los demás, y que la vergüenza no provoque tu caída.

 

23 No dejes de hablar cuando sea necesario, ni escondas tu sabiduría.

 

24 Porque la sabiduría se reconoce en las palabras, y la instrucción, en la manera de hablar.

 

25 No digas nada contrario a la verdad y avergüénzate de tu falta de instrucción.

 

26 No tengas vergüenza de confesar tus pecados ni pretendas oponerte a la corriente de un río.

 

27 No te rebajes ante un hombre necio ni seas parcial en favor del poderoso.

 

28 Lucha hasta la muerte por la verdad, y el Señor Dios luchará por ti.

 

29 No seas atrevido con la lengua, ni perezoso y descuidado en tus acciones.

 

30 No seas como un león dentro de tu casa, y cobarde entre tus servidores.

 

31 No tengas la mano abierta para recibir y cerrada cuando hay que dar.

Publicado en: Eclesiastico

© Copyright - Ser Catolico a - Información Legal - Política de Privacidad - Mapa Web

Usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello.Aceptar