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Mensaje del 28 de julio de 1978 en Czestochowa (Polonia)

14 de junio de 2021 by tobiaswolf

Mensaje del 28 de julio de 1978 en Czestochowa (Polonia)

Una señal para todos.

«Te he traído a esta Nación, que ha sido varias veces consagrada a mi Corazón Inmaculado y de la que he sido proclamada oficialmente Reina. Desde este Santuario mío, velo sobre ella, la protejo, la consuelo, la fortalezco y la defiendo. Ha llegado a ser propiedad mía, porque se me ha confiado con la consagración de cada uno a mi Corazón Inmaculado. Sus hijos son conscientes de ello, porque la renuevan con frecuencia y la viven. ¡Fíjate cómo aquí la Iglesia está viva y floreciente, por más que durante tantos años y de tantas maneras haya sido perseguida! Los seminarios no tienen suficientes plazas para acoger a todos los jóvenes que desean hacerse sacerdotes; las Iglesias están repletas de fieles; los Sacerdotes visten el hábito eclesiástico. El centro de toda la oración es Jesús Eucaristía, que es honrado, amado y expuesto a la pública adoración. Cuanto sucede en esta nación es un signo para toda la Iglesia. Si se hubiese acogido la invitación que hice en Fátima de consagrarse todos a mi Corazón Inmaculado, hubiera sucedido como aquí en todas las partes del mundo. Yo habría obtenido para el mundo la paz, y para la Iglesia su mayor santificación. Por el contrario, el mundo se encuentra inmerso en el desierto del odio y de la violencia, y la Iglesia vive un período de gran desolación. Pero, hijos predilectos, ¡ésta es mi hora! A través de vosotros, mis Sacerdotes, llamo ahora a todos a consagrarse a mi Corazón Inmaculado. De este modo dad a vuestra Madre Celeste la posibilidad de intervenir para llevar a la Iglesia a su mayor esplendor y preparar el mundo a la venida del Reino de mi Hijo Jesús.»

 

Publicado en: 1978

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